Javier desde Donosti confiesa que su pequeño placer es ir a pasear a su perro sin paraguas y volver empapado por la lluvia. Además, María cuenta que le encanta ver el reflejo de la luna llena en el mar y Herminia explica que su mayor tranquilidad es sentarse en una piedra, cerrar los ojos y escuchar el río.
Por otro lado, Víctor comenta su debilidad por el sonido de la olla exprés. Desde Badajoz, Josefina declara que su placer es ir en su coche por la autopista cantando.
"Cuando mi hijo Daniel de 7 meses apoya su cabecita contra mi pecho", dice Esteban de Castellón, y David explica que su mayor placer es despertarse en su pueblo con el sonido de la corneta.