Madrid | (Publicado 08.07.2019 07:16 )
Datos a favor de que vamos a elecciones: primero, parece que se está buscando el argumento para hacerlas inevitables. Segundo, parece que se está buscando también al culpable o los culpables para hacerlos responsables y convertir esa culpa en rentabilidad electoral. Y tercero, la tentación de Sánchez de aprovechar el viento a favor del PSOE y en contra de Podemos que reveló la encuesta del CIS, aunque me aseguran que Sánchez no se la cree.
Dato en contra: el miedo a que volver a las urnas castigue a Sánchez por su incapacidad de construir una mayoría. Si esas son las reflexiones de quienes deben tomar la decisión, ¿qué puede hacer el comentarista? Esperar y ver. Esperar, sobre todo, que Sánchez e Iglesias encuentren la fórmula mágica entre el gobierno de coalición y el de cooperación.
Y, si no hay esa fórmula mágica, que uno de los dos ceda por convicción o por pánico a las urnas. Los mensajes que se han lanzado en los últimos días no indican nada bueno, pero las negociaciones son así: se empieza por llevar a la otra parte hasta el borde del precipicio, para llegar después a un acuerdo razonable. Lo lamentable, incluso penoso, es que han pasado dos meses y medio desde las elecciones y todavía sigamos así.