Madrid | (Publicado 29.04.2019 07:24 )
Con lo cual, el escenario se reduce a dos posibilidades: la que más le gustaría a Sánchez, que es un gobierno PSOE con independientes, pero con un difícil permiso de Podemos, que tiene más ganas de entrar que si hubiera tenido cien diputados.
La segunda es una alianza con Podemos y las minorías regionales, que darían un gobierno Frankenstein, pero menos condicionado. Serían 175 escaños, pero con eso se puede gobernar a base de otros pactos puntuales. Descarto el pacto con los independentistas, porque no sería aceptado por la opinión pública y los mercados.
Hablando de mercados, son los únicos que pueden condicionar un pacto de izquierdas, salvo que haya un programa que no provoque una huelga de inversiones. La situación es compleja, pero queda exclusivamente en manos de Sánchez, que es quien tiene que decidir.
Pedro Sánchez tiene el don de la supervivencia, tiene ganas de Moncloa, sacará el manual que ha publicado y sabrá cómo salir. Muchos queremos el pacto con Ciudadanos, pero no lo quieren sus protagonistas. Pasaron las elecciones, pero todavía nos queda mucha intriga. Y alguna emoción.