Madrid | (Publicado 06.05.2019 07:22 )
Después, parece evidente que es preciso modernizar y clarificar la legislación: cuando la decisión sobre Puigdemontse adopta en la Junta por siete votos contra cuatro es porque la ley es manifiestamente interpretable. Y lo que para muchos resulta cómico es que Puigdemont se pueda presentar a las elecciones, pero no pueda recoger su acta, porque sería detenido. Esto descoloca a la opinión pública.
Pero lo de Puigdemont y compañía no es lo único. Está también la cuestión de los debates en televisión, donde la Junta chocó con el gobierno por la presencia de Vox. Y están las prohibiciones a Más Madrid, cuando hace cuatro años Carmena pudo debatir.
Y está el caso de la Coalición por Melilla, cuya exclusión por la Junta de Zona también fue anulada por una decisión judicial. Demasiados episodios para que la autoridad electoral no salga muy deteriorada de este proceso. Si son fallos personales, hay que corregir su composición. Si son fallos de criterio, hay que clarificarlos. Y si son fallos de la ley, hay que corregirla. Porque la impresión ahora mismo es que tenemos un sistema muy garantista, pero poca seguridad jurídica.