CON RUBÉN AMÓN

Rubén Amón indulta a Felipe VI: ¿Para qué sirve el rey? Felipe VI respondió con autoridad, el 3 de octubre, a la pregunta que lo acechaba"

Indultamos a Felipe VI en su 50 cumpleaños, aunque ya se había indultado él con su discurso del 3 de octubre, porque fue entonces cuando se redimió a sí mismo y redimió la institución que encabezaba en el contexto de una emergencia nacional.

ondacero.es

Madrid |

Fue su 23F, no somos originales en la analogía. Pero es cierto que se revistió de gravedad y de legitimidad para neutralizar no un golpe de estado militar, como su padre, pero sí un golpe de estado civil, urdido para cuestionar la unidad territorial.

Y respondió con autoridad a la pregunta que lo acechaba. ¿Para qué sirve el rey? Ya se ocupaban de restregársela los nacionalistas, los exponentes de Podemos y el área republicana de la Carrera de San Jerónimo. Y no estuvo demasiado clara la respuesta en los primeros años del relevo monárquico.

Porque a la Corona le habían hecho daño los excesos de Juan Carlos y el escándalo del caso Noos. Y porque parecía que Felipe VI se resignaba a justificarse, escrutado por los ciudadanos y los medios, constreñido a una posición no de monarca, sino de figura decorativa.

Se despojó de los complejos la noche del 3 de octubre, de tal forma aquellos seis minutos han sido los más importantes de sus 50 años. Felipe VI corregía la indolencia marianista. Hacía vale la Constitución y la misión integradora de la Corona. Recuperaba la credibilidad de la institución. Y la reputación entre los compatriotas.

La última manera de acercarse a ellos no ha sido un trance solemne ni una intervención de bombero, sino una concesión a su intimidad. Propaganda de una familia feliz. Y de una familia como todas en sus ritos domésticos, aunque ninguna familia de las nuestras aloja una niña de 12 años a que impresiona observar entre el escalofrío y la ternura. Porque será reina. Y van a imponerle el toisón de oro para que no lo olvide.