Monólogo de Alsina: "Según el CIS, Sánchez conseguiría hoy tantos escaños que se le quedaría pequeño el Parlamento"
Te detienen sin darte ninguna explicación. Te llevan esposado al edificio del Servicio de Inteligencia (conocido como el Helicoide, famoso por las violaciones de los derechos humanos que se producen ahí dentro). Te meten en un sótano, te impiden hablar con nadie, te prohiben hacer una llamada. Y te interrogan durante toda la madrugada.
¿Por haber hecho qué? Pues por ser periodista y estar en Caracas informando de cómo el chavismo se tambalea.
Gonzalo Domínguez Loeda, treinta y cuatro años, periodista de la agencia Efe, seguirá haciendo su trabajo en Venezuela. Anoche lo soltaron los gorilas de Maduro. Dice que está bien.
La libertad recuperada. Y el trago de ser detenido en un país que no es el tuyo y sin saber de qué se te acusa. Éste es el relato en primera persona que ha compartido con nosotros Gonzalo.
Ni Gonzalo ni los otros dos periodistas detenidos serán, finalmente, deportados. Las gestiones realizadas por España han permitido que el régimen recule y se abstenga de mandarlos de regreso a Colombia. Podrán ser testigos, y podrán informar, por tanto, de lo que esté por suceder aún en Venezuela.
Ocho días después del terremoto que supuso la jura de Juan Guaidó, la oposición democrática se declarada más confiada que nunca en que las grietas que se adivinan (o parecen adivinarse, nunca se sabe) en la tiraníachavista anticipan el desmoronamiento del aparato.
¿Hay razones para pensar que Maduro está acabado?
A la vista y concluyentes, desde luego no. Maduro, que se sepa, sigue en Miraflores (el palacio); sigue teniendo a su lado al general Padrino y su coro de militares rancios; sigue apadrinado por Putin, Erdogan y el chino Xi; sigue manejando como quiere el Tribunal Supremo y controla las principales empresas del país, aunque no sus activos en los Estados Unidos.
Pero el hecho de que haya sido tan tibio, esta vez, en su respuesta al movimiento opositor y la flojera de las movilizaciones que ha convocado a mayor gloria de sí mismo hacen pensar a la oposición que algo se mueve y que, por primera vez, Maduro no las tiene todas consigo.
El próximo lunes, España pasará por fin de las palabras a los hechos. Si nada cambia de aquí a entonces (y aun tratándose de un gobierno tan cambiante como le nuestro), Juan Guaidó pasará a ser, a todos los efectos y para el Estado Español, el presidente en ejercicio de la República de Venezuela.
El plazo del ultimátum estéril y malamente explicado termina este domingo. Desde el lunes, la potestad (y la obligación) de convocar unas elecciones que abran camino a la democracia verdadera en Venezuela se la reconocerá España sólo a Guaidó. A sabiendas de que una cosa es decirlo y otra que Guaidó pueda realmente hacerlo. Mientras Maduro no se aparte, las decisiones del presidente interino corren el riesgo de quedar en nada. Y va a ser ahí donde necesite Guaidó el apoyo, y las gestiones, de los países que se han ofrecido a facilitar ese proceso.
Mañana está convocada una manifestación en las principales ciudades de América y de Europa en apoyo a la transición democrática en Venezuela. Hay cientos de miles de expatriados venezonalos, exiliados muchos de ellos en España, que van a hacerse oír todos a un tiempo.
El PSOE está que se sale, señora. Lo dice el CIS. No tiene competencia. Sánchez conseguiría hoy tantos escaños que se le quedaría pequeño el parlamento. No como el PP, que se ha quedado en nada. El pezqueñín Casado sacaría menos votos que Pablo Iglesias, pobre criatura. Y Ciudadanos… Ciudadanos está bajando. No le va bien tampoco a Albert Rivera. Lo dice el CIS. Sanchez es dios (lo dice el CIS) y así hay que reconocérselo.
Qué terrible para el CIS que sus barómetros se hayan convertido en objeto de chanza. Y que el CIS sea visto como un timo.
Fue muy meritorio el esfuerzo de Adriana Lastra por defender la labor de su compañero de partido, y hasta hace poco de Ejecutiva socialista, José Félix Tezanos.
En esto tampoco ha hecho los deberes la señora Lastra. El CIS no es una empresa. No es una empresa pública que hace encuestas. Tampoco es independiente y tampoco está en manos sólo de profesionales. El CIS es un organismo del gobierno. En concreto, del ministerio de la Presidencia. El CIS tiene un jefe que, a su vez, tiene como jefe a un ministro. Al jefe que hay ahora, Tezanos, lo puso a dedo de Pedro Sánchez cuandoTezanos aún era miembro de la Ejecutiva del PSOE, es decir, colega de Adriana Lastra.
Dices: hombre, el CIS siempre ha sido un instrumento del gobierno de turno. Es verdad. Y lo sigue siendo. Y por supuesto no es verdad que el PSOE en la oposición fuera el más firme valedor de sus barómetros. Éste es Simplemente Pedro cuando estaba en la oposición.
Vuelves a escuchar esto, y vuelves a escuchar ahora a Adriana Lastra y sólo puedes pensar que la mentira tiene las patas cortas.
Miren, en el CIS siempre ha habido cocina, como la hay en los institutos demoscópicos serios. Cocina significa saber leer lo que responden los encuestados para saber retratar lo más fielmente posible cuál es el estado de opinión de la sociedad española respecto a cualquier asunto. Cocina significa afinar en el retrato a partir de la experiencia acumuladas en todas las encuestas anteriores. Porque si le quitas la cocina, el CIS se convierte en un mero recolector de respuestas que renuncia a su principal activo, que es todo el conocimiento previo de esa sociedad a la que ausculta.
Satanizar la cocina ha sido el deporte favorito de los partidos políticos cada vez que un barómetro se les ha atragantado. Pero ahora que no hay cocina, sólo el PSOE se toma en serio sus encuestas, y ése es el drama para los profesionales del CIS, no para sus jefes, que son Tezanos y la ministra.
Y en natural que sea visto así cuando orienta las respuestas formulando las preguntas de forma tan burda como en la cuestión catalana. Llega el encuestador a tu casa y te dice: ¿tú eres partidario del diálogo y de resolver las cosas como amigos, o prefieres la radicalidad y la mano dura? ¿Tú qué respondes? Oye, el diálogo. Bingo, ya puede salir Sánchez a proclamar que el pueblo le apoya. Lo suyo sería preguntarle tú al encuestador: ¿eso de la mano dura qué es? ¿Te refieres a aplicar el 155 si Torra monta otra vez un referéndum ilícito? Eso de la posición radical, ¿qué es? ¿Te refieres a juzgar por rebelión a quienes intentaron tumbar la Constitución española? Por aclarar un poco qué quiere decir Tezanos con estas preguntas tan burdamente sesgadas que se ha inventado.