Al director del diario El Mundo, como es un hombre humilde, discreto, huidizo y que siempre ha defendido esa máxima de que el periodista no debe ser noticia, le habrá incomodado encontrarse con los fotógrafos (también los de su propio periódico) a la entrada de la Audiencia Nacional y con los periodistas de todos los medios que, a la salida, le demandan unas declaraciones con que ilustrar sus crónicas sobre el capítulo de hoy del “Bárcenas soap”, el serial Bárcenas. Hay que agradecerle, por ello, que haya aparcado su natural timidez para informar con pelos y señales del interrogatorio amable que el juez le ha realizado a él y de nuevos detalles que el ex tesorero le conto a él y que a él le ha parecido oportuno, celebrémoslo, compartir con el juez, los fiscales y el resto de los periodistas allí presentes sean o no abonados de Orbyt.
A Pedro J. hay algo que ni siquiera sus enemigos más enemigos le niegan, y es la aptitud que tiene demostrada desde hace años para situarse él, y situar su diario, en el centro del debate político y mediático en España. En esta ocasión ha sido el juez Ruz, animado por la fiscalía, quien le ha llamado para que contara de dónde salió la hoja de cuaderno que entregó el lunes en la Audiencia y qué más cosas interesantes le puede contar de las cuatro horas de charla que mantuvo con el recluso preventivo antes de que éste lo fuera. Esto también se lo tiene que agradecer el juez Ruz al director de El Mundo, que no siendo un orador muy dado a la síntesis, ¿verdad?, haya sintetizado las cuatro horas con Bárcenas en sólo dos de declaración en la Audiencia.
¿Y del tipex qué me puede contar, don Pedro José, el tipex venía de serie o se le puso antes de hacer la fotocopia? Al final de la hoja de cuaderno cuyo original ha llevado al juez a convocar al tesorero para el lunes que viene aparecen dos líneas tapadas con típex que no se sabe lo que dicen y que, sobre todo, no se sabe por qué se han tapado. Al juez seguramente le interesa esto segundo: por qué, de todas las anotaciones numéricas que hizo allí Bárcenas, estas dos últimas no quiere que se difundan.
El típex sigue siendo un misterio. Y qué actitud adoptará el lunes cuando sea Ruz el que le anime a soltar la lengua -no para hacer llegar recados a nadie, sino para hacer llegar la investigación judicial a buen puerto-, también sigue siendo incierto, aunque la presencia del abogado Gómez de Liaño esta tarde en Soto del Real hace pensar que se va a consumar, en efecto, un cambio de estrategia. “Hace pensar”, porque tratándose de Bárcenas puede acabar pasando cualquier cosa. Hoy lo que ha trascendido es el interrogatorio anterior, el que le hizo Pablo Ruz al tesoreroel día 27, justo antes de mandarle a dormir (o a vivir) a la cárcel. En ese testimonio –del que se ha filtrado a los medios la grabación de audio completa (otras cuatro horas con Barcenas), éste no niega ni su fortunón en Suiza ni el hecho de que lo tuviera oculto a Hacienda.
De hecho, él mismo le explica al juez que habría sido imprudente utilizar las tarjetas de crédito del banco suizo para sacar dinero del cajero, “son ganas de correr riesgos y tener un problema”, le dice al juez, añadiendo: “esto es lo que hace todo el mundo, como usted sabe perfectamente, señoría”. A lo que Ruz responde: “Yo no lo sé, lo que usted me diga”. Lo pasmoso es que el imputado empezó aquella declaración diciéndole al juez que esta vez sí, que esta vez venía a declarar porque se estaban publicando “auténticas barbaridades” (siempre tan pendiente de lo que publican los diarios, el señor Bárcenas). Y lo interesante es el afán que muestra todo el tiempo por preservar, dejar fuera de sus manejos, a su señora. Ésta es la razón por la que algunos intuyen que la esposa va a ser la llave para conseguir que se le suelte de una vez la lengua, en el juzgado se entiende, no en road shows periodísticos.
En su vertiente judicial, el serial añade nuevos actores secundarios de la mano de la fiscalía. Lo de Cospedal, al menos por ahora, no pasará de ser un cameo. Ya lo avanzamos anoche: la fiscalía quiere a Cospedal en el juzgado como testigo, para preguntarle por el procedimiento que se seguía entre 1992 y 2008 para contabilizar las donaciones anónimas. Dices: pero si Cospedal llega al cargo en 2008, quien dirigía el partido los años anteriores no era ella. Cierto, pero dado que es ella quien lo dirige ahora y quien mantiene que todo se hizo siempre conforme a la ley y conforme a lo que figura en la contabilidad oficial entregada al Tribunal de Cuentas, pues se entiende que está al tanto de cómo se hacían antes las cosas. Tan significativo, o igual más, como la citación de Cospedal es la no citación de quienes le antecedieron en el cargo, Arenas y Francisco Alvarez Cascos, cuya presencia reclamaba una de las partes personadas en el caso papeles, Izquierda Unida.
Porque esta pieza del caso, la de los papeles, es escenario también de una batalla política, la de hacer desfilar por la Audiencia Nacional a cuantos más dirigentes del PP, mejor. En el Parlamento el serial político también cuenta con espectadores ávidos de ver a Rajoy llevado aunque sea a rastras al Hemiciclo, visto que voluntariamente no tiene intención de acudir. Esta tarde está debatiendo y decidiendo la Diputación permanente del Congreso (el retén de guardia en vacaciones) qué peticiones de comparecencia se atienden y cuáles no. El PP dice que Rajoy no tiene por qué acudir al Congreso para hablar de esto. El PSOE ha dicho hoy que “Bárcenas amordaza a Rajoy y Rajoy amordaza al Parlamento”. Claro que en Andalucía se vuelven las tornas y es el PP el que entiende irrenunciable que Griñán acuda a un pleno extraordinario y es el PSOE el que entiende que semejante convocatoria no es necesaria.
Si en Madrid es Soraya Rodríguez quien proclama que Rajoy amordaza al parlamento por Bárcenas, en Sevilla es el PP quien proclama que Griñán amordaza al parlamento por los EREs. Todo muy previsible, como ya imaginan. La diputación del Congreso aún está debatiendo, pero el veredicto será que, en los respecta a Rajoy, va a ser que no. Que ya pueden pedir la presencia de Rajoy el Papa, el Dalai Lama y el sumsum corda que el presidente no se piensa mover ni de la Moncloa ni de su discurso. Ya lo dijo ayer el presidente: él sólo se ocupa de las cosas importantes.