Monólogo de Alsina: "Iglesias está a un paso de llamar a Errejón niño bonito del Ibex y de los bancos"
Sin palabras se quedó Pablo Iglesias. Le preguntaron los periodistas por lo de Errejón en la presentación de un libro y… no dijo nada. Bueno, a la entrada no dijo nada. Luego, en el coloquio, le colocó esta banderilla a su antiguo amigo, hermano, compañero.
Madrid |
Está a un paso Iglesias de llamar a Errejón niño bonito del Ibex, los bancos y las constructoras. La operación Chamartín es un plan urbanístico que fue bendecido por todos los grupos políticos del Ayuntamiento madrileño. Todos. Incluida Carmena Más Madrid.
Sotiene Iglesias que esto de Errejón él lo tenía ya descontado. Que a Íñigo la cosa madrileña le aburre porque lo suyo es trastear en la política nacional, el Congreso, las negociaciones, los pactos. Tampoco había que ser profesor de políticas para prever que esto acabaría pasando.
Es la noticia política del día: ¡que resulta que Iñigo Errejón se presenta a las elecciones generales con un partido nuevo, señora! Dices: si esto ya lo habían contado ustedes hace días. No. Habíamos contado que su partido, o su plataforma (o lo que sea), le pedía que se presentara, pero él aún no se había decidido (no qué va). Hasta ayer nos tuvo Íñigo, qué crueldad, con el alma en vilo.
Ahora ya no tiene excusa Errejón. Ahora ya es él quien lidera un partido, quien decide la estrategia y quien se hace responsable de obtener una buena cosecha electoral. Y precisamente porque ahora es líder es él, ya no podrá abandonar el barco si las cosas no salen como él quiere. Éste es su barco, ¿cómo dice usted que se llama?...
…eso. Éste es su barco y ha llegado el momento de probar si sintoniza mejor con los españoles de izquierdas que el de su ex colega Pablo. Ya sabemos que Íñigo es más de definir su marca como transversal que como izquierdista y como regenerador que como peronista. Y es sabido que aquella afición que tenía Errejón, años atrás, a mencionar la Bolivia de Evo Morales, el Ecuador de Correa, la Venezuela de Chávez, como modelos de gobiernos comprometidos con la gente la abandonó cuando comprobó que al personal, aquí, le seducían bien poco.
Para el joven Errejón se acabó el síndrome de Peter Pan, las guasas que tanto celebraban el y Pablo sobre su aspecto aniñado. Ahora, ya sin media broma, es un adulto emancipado que abandonó la casa de Irene y Pablo para instalarse por su cuenta y competir con ellos por un mismo electorado. 'Más País', a día de hoy, es poco más que una marca electoral (una cáscara recién bautizada) con un candidato más conocido por su aspecto y su manera de hablar que por su proyecto para España.
Emanciparse en Madrid no le salió mal (sacó más votos que Podemos en las autonómicas pero el reparto no dio para que la izquierda sumara) y ahora llega la prueba final: cuánto pesa de verdad Errejón en la política española. Si los votantes de ese ámbito ideológico le ven como arquitecto sanador o como traidor destructor. Como este señor que ayer le gritaba.
Este señor no fue a celebrar la coronación del joven Errejón sino a recordarle que 'Más País' es, en esencia, una escisión (o un trozo desgajado) de lo que antes fue Podemos. Es verdad que sólo se lo gritó uno. Y que el resto de las bases, poco multitudinarias aún de Más País, lo que le gritaban a Ïñigo es presidente, presidente.
Alta es la cima que le quieren hacer subir: presidente de gobierno, nada menos. Él seguramente se conforma con sacar un voto más que Irene y Pablo para poder decir: mi estrategia era la buena. En casa de los Iglesias Montero, con Echenique estudiando encuestas, la maldad que circula es conocida: ¿Errejón es candidato a la Moncloa –-se preguntan-- o es el candidato DE la Moncloa? Un Sánchez marca blanca para comerle mercado al competidor de la coleta.
Vamos a tener una campaña de un fair play, un juego limpio, un respeto, ¿verdad?, que no vamos a reconocer España.
Igual escuchó usted lo de Casado aquí ayer: el nuevo Casado. Al que ya no escucharemos llamar felón a Sánchez. Ni felón, ni traidor, ni okupa, ni nada que suene feo.
Sin insultos y con espíritu constructivo y moderado. No hay como dejar pasar el tiempo para ver con claridad en qué metió la pata uno.
Sorprendió que el líder del PP dijera aquí que aún es posible que Rivera y él pacten una coalición electoral para noviembre. Que los naranjas no cerraban la puerta –dijo-- y que se iban a sentar a hablar de ello Teodoro y Villegas, los alféreces.
Pero alguien le contó a Villegas lo que acababa de decir Casado por la radio y se quedó el hombre a cuadros. ¿Qué reunión ni qué reunión?, se le escuchó decir. España Suma es un debate liquidado y Ciudadanos en ningún caso va a aceptar un matrimonio que en casa Rivera se vería como una rendición y un fracaso anticipado. Es verdad que las encuestas se lo pintan feo a los naranjas –-a ver qué dice hoy el CIS— pero no lo bastante feo como para pedir al PP que los remolque.