Amanece y seguimos todos conmovidos por el incendio de ayer en el centro de Valencia. Es una de esas tragedias que impresiona. Las tragedias impresionan, pero impresionan más cuando nos muestran de forma tan salvaje cómo de un instante para otro podemos perderlo todo, y vivirlo en directo, sin saber cuántos afectados pueden ser rescatados, impresiona mucho más.
Impresiona lo que sabemos: hay al menos cuatro fallecidos y casi una veintena de vecinos desaparecidos. E impresiona lo que no sabemos: no sabemos cuántas víctimas más hay, no se sabe aún cuánta gente estaba en su casa a la hora del incendio porque los bomberos no han podido todavía acceder al interior. Las llamas siguen vivas al amanecer.
Impresiona ver ese fuego, tan grande y tan voraz, consumir en minutos dos bloques de viviendas que podían ser los nuestros, en los que vivían centenares de vecinos que podíamos ser nosotros en el centro de una ciudad que podía ser cualquiera. Impresionaban las llamas, la humareda y la rapidez con la que se extendía la devastación.
Y más que impresionar indigna saber que si el fuego se propagó tan rápido fue por el material de la fachada y los aislantes, materiales altamente inflamables con los que se construyó hace apenas 15 años, en plena burbuja inmobiliaria. Materiales que se siguen utilizando.
Anoche impresionaba también, en medio del miedo y del horror, la solidaridad de los vecinos. Miles de valencianos se movilizaron rápidamente para llevar mantas, comida y ropa a los afectados, que, se dice pronto, lo han perdido todo. Todo.
Y, sobre todo, cómo impresionaba ver en directo la valentía de los bomberos. Enfrentándose al fuego para salvar la vida de la gente atrapada jugándose la suya. La de bombero es una de las profesiones mejor valoradas en España, que no de las mejor pagadas. Unos 1800 euros al mes creo que es lo que cobran. No lo que valen. Tragedias como la de ayer en Valencia ayudan a entender que ese valor no tiene precio.
¿Moraleja?
Viendo la rapidez de propagación del incendio de Valencia, urge revisar muchos edificios con urgencia.