Después del Domingo de Resurrección, vuelve la muerte. Operación Retorno a los bombardeos de Vladimir Putin en Ucrania. Ha terminado el espejismo de tregua de 30 horas por la Pascua ortodoxa que Rusia anunció el sábado “por motivos humanitarios”, “motivos humanitarios”, dijo, al parar los bombardeos, sin ápice de ironía. Y la guerra, la invasión de Ucrania, que dura ya tres años, vuelve a reanudarse después de acusaciones cruzadas entre Kiev y Moscú de incumplir esa tregua.
Qué mejor muestra de lo evitable que es una guerra, que pararla no dependa más que de la voluntad de unos pocos hombres, de uno solo en realidad, que poder tomarse unas vacaciones de 30 horas, como si en vez de a la guerra fueran a la oficina.
Eso de decir que paras para celebrar la Pascua y volver el lunes a bombardear en horario laborable tiene algo de Gila, pero sin gracia. Con esta tregua de 30 horas de Putin que él mismo ha incumplido vuelve a quedar claro que la guerra no es una catástrofe natural, que para que termine basta, efectivamente, con que Putin quiera. Con dejar de ocupar y bombardear Ucrania ilegalmente. Pero Rusia se toma ahora vacaciones de los motivos humanitarios. Es lunes.
Aunque en realidad, más que una tregua por la Pascua, el parón de estas horas era más bien una puesta en escena de Putin para ganar puntos ante Trump como gesto a sus negociaciones de paz. Zelenski también mandó ayer una señal a Washington ofreciéndose a prorrogar 30 días el alto al fuego. Pero a Putin un mes de vacaciones de matar le parece demasiado. Y Trump se impacienta.
El viernes, la Casa Blanca dijo que EEUU si no lograba el fin de la guerra se retiraría. Y como pasa a menudo con Trump, no está claro qué significa eso. ¿Que EEUU dejará de liderar las negociaciones de paz, pero seguiría apoyando con armas e inteligencia militar a Ucrania? ¿O, que si no llega la paz, Washington se desentiende de la guerra y abandona Ucrania a su suerte?
¿Moraleja?
Las negociaciones de paz están fracasando, tras la Pascua Putin quiere seguir matando.