Se agotan los adverbios de admiración y los adjetivos para Nadal, y cada vez hay que inventarse alguno nuevo, porque no acaba de sorprendernos, esta vez ha sido peleando esa Copa Davis hasta la extenuación, pero no hace mucho fue rastrillando barro con las inundaciones de su pueblo cerca de Manacor. Nadie es perfecto, ni siquiera Nadal, pero algunos se aproximan más que otros a esa utópica perfección.
Me gusta esta nueva modalidad de la Copa Davis. Anoche me dijo Piqué que quieren corregir los errores novatos de este año que han prolongado los partidos hasta horarios de madrugada, una solución, que estudian, sería poner la pista central en el Palacio de los Deportes de Madrid, en el centro de la Capital, y jugar el resto de partidos en la Caja Mágica. Eso haría ganar mucho tiempo y permitiría al público un transporte más cómodo. Es la idea que estudia Piqué y su nueva empresa de tenis para la próxima temporada que se celebrará nuevamente en Madrid. Y me gusta ver a Piqué entre el público de Madrid sin que nadie le incordie y me gustó también el ambiente de las gradas de Madrid, porque fue parte esencial del triunfo de España, en una Copa Davis que será histórica, y por último, me gusta también hablaros un lunes de tenis, sin que el fútbol tape todo, aunque mañana vuelve la Champions, y la semana estará de nuevo eclipsada por el fútbol.
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