Pero la mejor noticia de hoy, es que emerge una generación de futbolistas españoles que nos van a dar muchas alegrías. Los conocí en el verano de 2012 en Benalmádena, en el campeonato de los niños, y me parecieron fantásticos. Especialmente los del Valencia, al que algunos se los fichó después el Barça.
Pero ahora han coincidido todos en la Selección Sub-17 que disputa el Mundial de esas edades en la India, y ayer ganaron a Mali, que eran los campeones de África y subcampeones del mundo. Nuestros Sub-17 van a jugar la final contra Inglaterra el sábado a las 4.30 de la tarde en Calcuta. Nunca España ha logrado ganar un Mundial en esta categoría Sub-17, pero tengo mucha convicción en que este sábado lo van a conseguir los chicos de esa generación de alevines del 2012 que yo conocí.
Hay talentos espectaculares, como Abel Ruiz y Sergi Gómez (Barca), Ferrán Torres y Guillamón (Valencia) o César Gelabert y Antonio Blanco (Real Madrid) entre otros futbolistas de gran presente y mejor futuro. Algunos de ellos pasaron, hace un lustro, por ese torneo alevín que organizamos desde hace 25 años.
Anoche hablé con uno de ellos, Ferrán Torres, estrella del Valencia por el que pujan Real Madrid, Barcelona y otros grandes europeos. Se acordaba perfectamente de aquella experiencia en la que perdieron la final frente al Atlético de Madrid de los hermanos Obama. De aquel Valencia 4 niños han crecido hasta convertirse en titulares de la sub 17 que puede ser campeona del mundo. Verlos crecer y progresar año a año, seguir la pista de esos críos que sueñan con ser grandes algún día y que en muchos casos lo consiguen es uno de los privilegios y placeres que más agradezco a este oficio.