José Ramón de la Morena | @jrdelamorena
Madrid | 08.02.2018 08:29
El Sevilla jugará esa final el sábado 21 de abril, en el Wanda Metropolitano de Madrid, contra el vencedor de la otra semifinal que se juega esta noche en Mestalla, y en la que el Barça le lleva un gol de ventaja al Valencia.
El partido saldrá como salga, pero emoción no le falta, y tampoco le faltará a la final que va a disputar el Sevilla, que se asegura ya la posibilidad de ganar un título importante en una temporada rara, extraña, con un entrenador operado y después precipitadamente cesado, con un equipo que cuando funciona lo hace muy bien, pero que de repente se para como si se le desconectara un cable, y le meten cinco, y con un presidente procesado y metido en lenguas judiciales, sin que aún se sepa bien por qué.
Aun así, ese equipo es sexto en la Liga y sigue clasificado en la Champions donde ahora se enfrentará al United para pasar a cuartos. El horizonte que tienen es difícil y complicado porque los puestos de la Champions se le quedan muy lejos al Sevilla en la Liga, y la eliminatoria contra el United va a ser dura y Mourinho la hará más dura, pero algo tiene ya el Sevilla, la posibilidad de ganar la Copa del Rey en esa final para la que se clasificó anoche.