Saludos, Buenas noches. El Simún es un temporal en el desierto, una tormenta con un viento cálido, duro, seco. Y como si fuera el Simún, el viento que acaricia las dunas y las desplaza como fantasmas por el desierto, así se ha ido deslizando la inflación por los vericuetos de la economía mundial y española, como un viento que asfixia… En árabe, simún, deriva de samma, que significa envenenar. Y eso es lo que hace la inflación, envenenar el tejido económico..
Mañana conoceremos los detalles de la inflación de 2021. El IPC adelantado marcó un 6,7% de inflación, el nivel más alto en 30 años por el empuje de la inflación y también de los alimentos. Por cierto, las gasolinas encadenan su segunda subida y regresan a cotas de noviembre.
La inflación no va a ser un fenómeno transitorio. El propio vicepresidente del BCE, Lusi de Guindos, mostraba hoy estas dudas. La inflación será más alta y durante más tiempo, pero acabará bajando afirma la mano derecha de Lagarde. Pero entretanto vemos que los salarios siguen a años luz de los precios. La subida de los salarios registra mínimos históricos, según un informe de Oxford Economics, los menores aumentos desde que se creó el euro.
Y los coletazos de la pandemia son tan peligrosos como los latigazos de un cocodrilo. El Gobierno reconoce que la incertidumbre generada por la última variante, la ómicron, ha provocado un retraimiento de la vida social y del consumo. El índice de ventas interiores, de la Agencia Tributaria, un indicador que utiliza Calviño para explicar la recuperación, muestra una caída de 7 puntos en la última semana, aun así, Juanra, el Ejecutivo insiste en que se crecerá.
Relacionado con la pandemia nos encontramos con este dato inquietante que nos ofrece UPTA, la Unión de pequeños empresarios y trabajadores autónomos, que estima que el 10% de los trabajadores por cuenta propia, unos 300.000 terminarán contagiados por la Covid entre enero y febrero.
Entretanto, arrecia los enfrentamientos entre Comunidades autónomas gobernadas por el PP y el Gobierno por el reparto de los fondos europeos una lucha que, según vayan llegando los dineros europeos, alcanzará más altura. Incluso más altura que el rascacielos Royal Bank Plaza, de Toronto, que ha comprado hoy Amancio Ortega por 800 millones de euros.