Análisis económico

La mirada cítrica: El coste de la vida

Ignacio Rodríguez Burgos analiza los datos sobre la economía española y el aumento de la inflación

Ignacio Rodríguez Burgos

Madrid | 30.03.2022 22:18

La inflación nos ha dado un sopapo Smithsoniano y nos ha dejado la marca, una marca del 9,8%. Desde que Miguel Boyer Salvador dirigía la economía de este país en el primer gobierno de Felipe González no había una inflación igual.. Desde entonces la inflación no coqueteaba con los dígitos

A este paso, la música de Juan Luis Guerra, 'E'l coste de la vida, se va a convertir en la sintonía de la Mirada Cítrica. El encarecimiento de la electricidad, de las gasolinas, del gasóleo, son los principales responsables de la subida de los precios. Y esto va en cadena. Porque se traslada al resto de la cadena. Los alimentos también suben, en especial los frescos. Y para más inri están los efectos del paro parcial de los camioneros en la red de suministros.

En marzo el contador de la luz ha dado más vueltas que un púlsar. La electricidad marca un récord, marzo ha sido el mes con el precio medio de la electricidad más alto de la historia, 285 euros el megavatio. Y el gasóleo en un solo mes ha subido un 24% y la gasolina un 13. Para salir corriendo

Funcas calcula que las familias españolas pueden perder casi 17.000 millones de capacidad de compra por la inflación. La inflación supone un empobrecimiento del pais, un freno al crecimiento y una puerta al paro.

El Parlamento ha debatido hoy el Plan de Choque del Gobierno, que es un choque frontal con la realidad. Aunque para choque frontal con abollones también, el de Alemania

Alemania ha decretado el estado de alerta temprana ante la posibilidad de un corte en el suministro de gas ruso. Berlin ha advertido a Moscú que no piensa pagar el gas en rublos como exige Vladimir Putin.

El ministro alemán de Economía, Robert Habeck, dice que hay suficiente gas en los mercados y asegura que en estos momentos no hay cuellos de botella. Pero la camisa no le llega al cuello. Y por eso solicita a todos los consumidores alemanes de gas, desde empresas a hogares, que deben reducir su consumo tanto como sea posible.​