LA BRÚJULA

La carta de Ónega a los viejos socialistas: "Muchos de vosotros tampoco sabéis si sois de los vuestros"

La carta de Fernando Ónega para cerrar la Brújula dirigida a los viejos socialistas tras la idea de Sánchez de conceder indultos a los presos del procés.

ondacero.es

Madrid | 27.05.2021 23:33

Y buenas noches a los viejos socialistas con quienes tanto amé, como diría el poeta. Me refiero a los seguidores de Felipe, a los divertidos con Alfonso, a los sufridores con Leguina y Redondo, a los representados hoy por García Page. Iba a llamaros “socialistas históricos”, pero retiro el adjetivo porque el Partido Socialista (h entre paréntesis), el Histórico, era el partido de Llopis, el que habéis sepultado en Suresnes en el lejanísimo 1974.

Os escribo así, genéricamente, como si fueseis un colectivo, porque lo estáis pasando mal. La dirección actual del partido os tiene descolocados. Si no os molestase la broma, os diría que recordáis a aquel alcalde franquista que un día se cabreó en el pleno y le salió del alma: “yo ya no sé si soy de los nuestros”. Muchos de vosotros tampoco sabéis si sois de los vuestros. El PSOE llegó al poder en 1982 con un eslogan que decía “por el cambio” e ilusionó a más de la mitad de los votantes españoles.

El entusiasmo nunca es eterno y fue decayendo con la misma lentitud que pasan los años. Pero ahora os tienen el corazón partío. Las eternas dos almas socialistas no sé cuántas serán ahora, pero las representaron en las últimas 24 horas los dos primeros presidentes que el socialismo le dio a España: Felipe González, que no se considera representado en el Parlamento y es un diagnóstico demoledor para vosotros, y Rodríguez Zapatero, que apadrina el indulto que Pedro Sánchez proyecta.

Y de los gobernantes en activo, García Page, que coge la bandera de los alarmados y dice que los indultos serán la condena del PSOE. Dicho más en castellano: los indultos pueden haceros perder votos a raudales. Dicho todavía más claro: quizá estéis al borde del cisma. Creo que esa es la luz de alarma que encendió García Page, porque ese también fue el fantasma que os persiguió durante el siglo y medio de historia de vuestro partido. Llegasteis, socialistas, al poder invocando el cambio, y el cambio os está desbordando. Vuestro drama quizá sea que no sabéis si militáis en una fuerza política o militáis para una persona. Me gustaría deciros que a lo mejor todo sale bien. Bien sabe Dios que me gustaría deciros eso. Pero yo también tengo averiada mi bola de cristal.