Raúl Granado nos cuenta la historia de Julia Vaquero Sousa, una atleta gallega de 50 años que ha tenido que 'correr' entre innumerables conflictos hasta superarlos. Nació en Chamonix (Francia), pero la precaria situación económica de sus padres les obligó a trasladar a su hija a Galicia junto a su abuela para que cuidara de ella, ya que no podían permitirse una niñera. Veía a sus padres una vez cada 3 meses y su abuela trabajaba en el campo, por lo que pasó muchas horas de su infancia sola.
Se refugió en el atletismo siendo pequeña como forma de evadirse de la realidad y escapar de la soledad, debido a que corría con otros niños. A los 9 años, un profesor de su colegio la descubrió y la introdujo en el mundo del atletismo, ganando su primera carrera con 9 años. No obstante, la vida le dio un fuerte revés con la muerte inesperada de su padre cuando tenía 12 años, abandonando temporalmente el deporte.
Atleta internacional
Conoció a un ex atleta olímpico que la convenció de nuevo para volver a la pista, aunque esta vez a competiciones más importantes. No pudo participar en los Juegos Olímpicos de Barcelona, pero sí en los siguientes, en Oslo, donde batió un récord que a día de hoy, ninguna atleta española ha superado. También quedó novena en los JJOO de Atlanta. Fue labrando un potente éxito y le llovieron las ofertas, sin embargo, ella mantuvo su residencia en Galicia.
No todo era felicidad, ya que Julia tenía algunos complejos con su cuerpo, que derivaron en bulimia y otros trastornos alimenticios y en 1999, después de participar en el Mundial de Atletismo de Sevilla, se retiró de nuevo, ya que además de este problema, sufría de un trastorno bipolar. Empezó una caída en picado porque no se tomaba la medicación y al tener una hija, tuvo depresión postparto.
Actualmente, parece que la atleta gallega ha superado todos los baches, toma menos medicación y recibe la ayuda de su madre y su hija. Se está preparando para volver al atletismo, en concreto para la próxima maratón de Valencia.