En el Gabinete analizamos con Julián Casanovas, María José Tarancón y Manuel Delgado, la reforma universitaria que aprobó el viernes el Consejo de Ministros, y que "flexibiliza" la estructura de grados en la universidad española. Queremos saber qué busca el gobierno con este cambio y las razones por las que gusta tan poco a estudiantes, profesores y rectores. Nos preguntamos cuál es el objetivo que tiene reducir aún más los grados y cuáles podrían ser las consecuencias.
Julián Casanovas nos cuenta que “en los últimos veinte años, una buena parte de las carreras pasaron de cinco a cuatro años y volvieron a los cinco, hasta que volvimos a adaptarlas al plan Bolonia. Una universidad no puede estar con estos vaivenes que supone frecuentes cambios de planes de estudios. Cuando se estableció el plan Bolonia en España no se atrevieron a poner los tres años, pero dar ahora otro cambio, complicará el panorama”.
Manuel Delgado afirma que “no se puede trabajar así, hace cuatro días tuvimos que cambiarlo todo, pero no puedo volver a reciclarme. La idea elemental de la enseñanza, es la relación profesor – estudiante, y eso no le importa a nadie. Al final acabaré haciendo lo mismo, porque no sé hacer otra cosa. Si las universidades son empresas, y se comportan como tal y buscan clientes, se pierde la esencia. Con este plan habrá menos alumnos, menos clases… y lo siguiente será reducir gastos”.
María José Tarancón habla de su empresa y nos comenta que “a nosotros nos llegan los estudiantes que han terminado, y nos dicen que no saben nada. Con el plan Bolonia se nos prometió que estos chicos saldrían preparados, pero no es verdad y no les dejan trabajar, por lo que no están listos. Te encuentras con una situación distinta a la prometida”.
