Julio Lleonart explica que "se ha impuesto una especie de optimismo que nos lleva hacia cierta infantilización de la sociedad y que afecta a todas las esferas de nuestra vida social y cómo encaramos la vida". Por eso, opina que no hay que ser ni pesimista ni optimista.
Arantxa Tirado considera que detrás de esta filosofía hay intereses como el coaching y la filosofía positiva. "No podemos demonizar a la gente que no tiene una lectura de la realidad positiva o que no cae en esos discursos de todo va a ir bien", determina.
Pilar Gómez cree que vivimos en una sociedad en la que nos tenemos que plantear si "estamos preparados" para aceptar discursos realistas. "Nos hemos acostumbrado a vivir en una especie de dopaje continuo", concluye