El Gobierno de Valencia anulaba la sentencia de 2008 que decía que era imprescindible presentar autorización paterna para que los menores de 14 años pudieran salir de clase. El Secretario de Educación valenciano no ve de sentido común que un alumno de esa edad pueda irse de clase sin autorización, mientras el portavoz del partido socialista valenciano está a favor de la sentencia. El pedagogo Gregorio Luri comenta que vivimos en una cierta ambigüedad ya que a veces tratamos a los adolescentes como niños y otras como adulto.
Ana Grau comenta que hay gato encerrado en esta sentencia. Bajo su punto de vista, “En los límites, hay un vacío de responsabilidad que produce esta sentencia”. Cree que “Es tan importante lo que le pase a la persona de 14 años, como lo que pueda hacer. Podría pasar algo y no saber a quién pedir cuentas”. Añade, además, que el término medio sería que tuvieran propiedad para elegir pero, sin salir del centro.
Bajo el punto de vista de Juan Adriansens, “en la antigüedad la actividad de la vida la llevaban chavales de 13 o 14 años y ahora eso es impensable”. Cree que les protegemos durante demasiado tiempo.
María José Tarancón se reparte entre la opinión como madre y la opinión como jurista. “Como jurista creo que la sentencia es impecable pero, como madre me preocupa lo que pueda hacer mi hija si se va de clase”. “Nuestros hijos tienen una libertad y nosotros debemos saber educarles dentro de ella”.