Los mosquitos son acompañantes habituales cuando llega el calor en verano. Hay picaduras más peligrosas que otras y la del virus del Nilo tiene una de las peores consecuencias. Algunos mosquitos son portadores y con su picadura nos lo pueden transmitir. Los síntomas más comunes son dolor de cabeza, fiebre o erupciones cutáneas. Es por esto que hay que tener cuidado ya que en Málaga, Sevilla, Cádiz y Córdoba se ha detectado un aumento de hembras que son portadoras del virus.
El miedo se ha extendido y Dirección General de Salud Pública de Andalucía ha pedido tranquilidad y confianza en los protocolos que se establecieron hace dos años. Consisten en la colocación de trampas en 27 municipios para realizar estimaciones sobre cuántos mosquitos hay en la región. La ayuda de la administración local es clave, Ulises Ameyugo, subdirector de protección de salud de la Junta de Andalucía cuenta que “cuando detectamos larvas lo más importante es identificar las zonas de crías”.
La Organización Mundial de la Salud ha advertido de que el 80% de los contagios son leves mientras que el otro 20% puede desarrollar una enfermedad viral grave. La detección temprana de los focos continúa siendo la mejor medicina contra las infecciones. En 2020, hubo un famoso brote en Andalucía en el que hubo 71 infectados pero a partir de ahí solo se detectaron 7 casos en 2021 y 2 en 2022. Este año no se han producido contagios en España, pero aún así los protocolos continúan mejorándose como cuenta Ulises:
“Estamos utilizando maquinas con inteligencia artificial que nos dice qué tipo de mosquitos entran en la trampa y si son macho o hembra. ”
El control de focos es vital y los protocolos de la Junta han funcionado bien, pero el riesgo sigue existiendo. Se trata de dejar al mosquito vivir libre pero siempre con la atención alta para evitar contagios.