Amela asegura que los cátaros "consideraban que la Iglesia Católica vivía en la falsedad y el pecado" y que por esa razón crearon una religión alternativa: el Catarismo. Esa religión "fascinó a tanta gente que, finalmente, el Vaticano tuvo que intervenir enviando una cruzada", por lo que los cátaros "huyeron y se refugiaron, mientras catarizaban en secreto".
Para los cátaros, "el sexo era una colaboración con el demonio" ya que éste lo creó "para que la materia siguiera reproduciéndose sin fin". Para los cátaros, "lo ideal sería que, en un futuro, la humanidad dejara de reproducirse y así todas las almas quedaran libres para subir con su Dios". Los cátaros se extinguieron "por la feroz persecución de la Inquisición".