El profesor Díaz de Bustamante, conocedor del tema del robo del Códice Calixtino y con el que Carlos Herrera ya habló hace un año cuando se cometió el robo, explica que, desde un principio y debido a las grandes medidas de seguridad con las que se guardaba el Códice, era posible que el robo lo hubiese cometido una persona cercana a la institución. Explica que las medidas de seguridad eran suficientes para la situación en la que se encontraba el Códice, es decir, un libro valioso del que poca gente tenía un conocimiento real; ‘interesaba a muy pocos especialistas y las medidas de seguridad se basaban en no llamar la atención’.
Hace un año el profesor afirmó que nadie podía comprar el Códice, ya que es un libro que no tiene valor ‘se puede pagar dinero por él, aunque habría que ver quién se gasta un millón de euros, como ha pasado, por el libro’. Díaz de Bustamante cree que puede resultarle morboso a la persona que lo compre el tenerlo, aunque no lo pueda exhibir, ‘a la larga puede servir como elemento de chantaje’.
El Códice Calixtino es un libro que el profesor ha podido tocar y leer, es más, nos cuenta que ha dado clases con él; ‘afortunadamente dejé de darlas porque se acabó la asignatura, a tiempo suficiente para no resultar sospechoso’.
Este códice no es el primer Códice Calixtino, ya que la definición de esto sería el Códice del Papa Calixto. El que ha sido robado es la primera guía para uso de peregrinos y gentes del común, ‘es una preciosidad, no sólo se cuenta lo que uno tiene que ver sino que recomienda alejarse del camino para rezar a un santo o a otro’.
Para el profesor el que haya ya personas detenidas es bueno, ‘pero hay que esperar discretamente, no vaya a ser que quienes lo tienen se lo llevan lejos’.
