Amar en tiempos de Covid
Un estudio reciente de la Universidad de Chicago, con datos de más de cinco mil personas, llegaba a la conclusión de que la soledad es como una enfermedad, que además producía malestar físico y que se contagia.
En este tiempo de idas y vueltas con el Covid-19 se nos olvidan los sentimientos no acumulados en el acervo científico a falta de experiencias anteriores parecidas.
Un estudio reciente de la Universidad de Chicago, con datos de más de cinco mil personas, llegaba a la conclusión de que la soledad es como una enfermedad, que además producía malestar físico y que se contagia.
Al parecer el estudio elaboró un gráfico que demuestra que los solitarios que se marginan acababan generando también la marginación de las personas más allegadas. Esta expansión podría hacer peligrar el tejido social general, según advertían los investigadores.
Por otro lado, el trabajo ha constatado que las mujeres corren más peligro de contagiarse que los hombres y que cuanto más solo está un individuo más desconfiado se vuelve hacia los demás.
No me extraña que, desde el punto de vista de momentos de incertidumbre y agresividades, no visibles pero parecidas, igualmente nos llevan a la esencia de nosotros mismos, de nuestro pasado, de la vida que llevamos y del imprevisible futuro.
Solemos en las diferentes disciplinas que estudian al ser humano concluir que el vínculo afectivo es una necesidad tan primaria como es la alimentación. Por eso también se sabe que el amor que recibimos de los demás es uno de los factores más decisivos del desarrollo y equilibrio de la persona.
Ahora nos toca entendernos a nosotros mismos, amar a los demás y cuidar a los mayores tan faltos de este fármaco tan íntimo como personal.