Los Bombers de la Generalitat, que se encontraban limitados por las intensas ráfagas de viento en la zona, finalmente han podido sumarse al operativo de extinción con dos aviones de vigilancia y ataque (AVA) después de que el viento haya disminuido en la mañana de este sábado.
El conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, ha expresado que los aviones realizarán una evaluación de la situación del fuego, cuya causa se descarta que sea natural.
El objetivo de este sábado "es anclar el flanco derecho, el más importante, porque, de escaparse, podría ampliar el perímetro y el potencial del incendio", ha explicado el conseller.
El incendio se ha catalogado como "complicado" debido a las condiciones adversas del fuerte viento y el calor. Actualmente, unas 100 dotaciones y aproximadamente 300 bomberos están trabajando arduamente para contener las llamas. Además, unas 1.500 personas se encuentran sin suministro eléctrico debido al impacto del incendio en las infraestructuras.
Los confinamientos se mantienen en los municipios de Colera y Portbou, así como en algunas áreas de Llançà, y se tomarán nuevas decisiones al respecto una vez que el incendio esté bajo control y se haya estabilizado. El inspector de Bombers, Moisés Galán, ha señalado que el fuego evoluciona favorablemente, aunque la preocupación aumenta debido a las previsiones de que el viento tramontana se intensificará a partir de la tarde.
El conseller ha agradecido la labor de todos los servicios de emergencias y se mantiene en comunicación con el delegado del Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto. Se espera que el combate contra el incendio continúe durante los próximos días hasta que finalmente pueda ser dado por extinguido.