La operación ha permitido liberar a 15 víctimas y detener a 10 personas, todos originarios de Rumanía. Captaban hombres y mujeres en su país de origen con la promesa de trabajar en el sector agrícola en Andalucía, pero acababan en las calles de Tenerife ejerciendo la mendicidad, en unos casos, y la prostitución en otros.
El grupo tenía conexiones con otras redes de proxenetas en Reino Unido e Italia. El traslado a las islas se realizaba tras llegar a la península y ser obligados a pagar una supuesta deuda.
La operación se inició hace casi tres años en 2012 y todos los detenidos pertenecen a la misma familia.