En el escrito de acusación, el Ministerio Público acusa a la anciana de un delito de asesinato con el agravante de parentesco y atenuante de alteración psíquica, pero no pide responsabilidad civil al haber renunciado a ella expresamente los perjudicados.
Según el relato del fiscal, la víctima, de 64 años en el momento de los hechos, "dependía de forma completa de su madre", pues sufría una minusvalía mental, falta de movilidad y era ciego, sordo y mudo.
María Luisa M.B. se fue percatando de que su capacidad para cuidar a su hijo mermaba conforme empeoraba su estado de salud, por lo que decidió acabar con la vida de ambos para "evitar que sus otros hijos tuvieran que asumir la carga futura".
En la mañana del 26 de noviembre de 2015 la octogenaria trituró varios medicamentos en una batidora, vertió su contenido en dos vasos de cristal, uno para su hijo "sin que tuviera posibilidad de conocer su contenido" y otro para ella, "entrando ambos en estado de inconsciencia por intoxicación".
Fue una de las hijas de la acusada quien encontró horas después a su madre y a su hermano tumbados en la cama del dormitorio de la vivienda, en la localidad de Torres de la Alameda (Madrid), por lo que fueron trasladados al Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, donde el hijo falleció a las pocas horas debido a una hemorragia cerebral generada por la ingesta de los medicamentos.