EL TIEMPO

Hidrofobicidad: por qué es peligroso que llueva después de un largo período de sequía

Las precipitaciones después de las altas temperaturas y la falta de lluvia prolongadas pueden crear un efecto en la tierra llamado hidrofobicidad.

ondacero.es

Madrid | 27.08.2022 13:19

Así afecta la sequía histórica en España: las comunidades autónomas que ya aplican restricciones
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Este verano se han experimentado largas olas de calor que han batido todos los récords de temperatura a causa del calentamiento global. Los efectos de estas altas temperaturas, que se han prolongado en el tiempo de manera inédita, han provocado una sequías, no solo en en España, sino a nivel mundial.

Los niveles de agua acumulada en pantanos y el caudal de los ríos son generalmente bajos, algo que jamás se había visto con esta intensidad. Ahora, tras el verano, parecen llegar las lluvias, pero éstas podrían generar un efecto sobre el suelo seco llamado hidrofobicidad que puede ser debastador.

Qué es la hidrofobicidad

Se trata de un efecto que puede darse en la tierra después de un período prolongado de sequía extrema. Éste genera que la capacidad de algunas superficies para adquirir y absorver el agua de lluvia sea ineficiente y que la tierra repela los líquidos. Un fenómeno que se da cuando los suelos han sido expuestos a la falta de agua y a diversos desastres naturales.

Las superficies de tierra son sistemas con una alta complejidad biogeoquímica que puede quedar completamente secos debido a la falta de agua. Este efecto, la hidrofobicidad, puede generarse en las superficies de ríos, embalses o lagos afectados por la sequía.

En nuestro país, la situación ha ido agravándose con el paso del verano y la falta de caudal se ha dado en ríos como el Guadiana, el Guadalquivir, el Duero o el Ebro. Sin embargo, no se trata de un fenómeno que solamente se sufra en España, sino que el río Yangtsé, uno de los más caudalosos de China, sufra de hidrofobicidad.

Qué puede producir este fenómeno

La vuelta a las precipitaciones, esperada por agricultores y ciudadanos, podría provocar inundaciones rápidas. Según explica BBC, el riesgo de que los suelos se hayan impermeabilizado, debido a la falta de humedad y líquidos, es elevado. La consecuencia podrían ser iundaciones a causa de que el agua sea repelida a gran velocidad.

Los investigadores señalan que, tras una sequía normal, el escenario debería ser un periodo de lluvias liviano, que no genere grandes destrozos. Sin embargo, el cambio climático podría hacer que esto cambie, provocando que las lluvias, al igual que las sequías, sean más extremas.

A estas lluvias extremas se le puede sumar la falta de vegetación, debido a los incendios provocados este verano y a la pérdida de cosechas, que difumina las gotas de la lluvia y hace que ésta sea absorvida con más facilidad por la tierra, además de absorver agua para su propia actividad. Por lo tanto, en zonas en las que se ha perdido vegetación, los efectos pueden ser devastadores.