La investigación, llamada como Home Fraude edición julio, comenzó por una denuncia de una de las víctimas que había sufrido hasta 5 estafas con un valor de 130.000 euros.
La pareja de estafadores daban una imagen de total credibilidad aportando a las víctimas documentos de entes públicos falsificados y hasta les regalaban móviles de última gama.
El modus operandi de la pareja siempre era el mismo, los inmuebles, que supuestamente provenían de las subastas públicas, tenían un precio muy inferior al del mercado, por lo que era una oferta muy atractiva para las víctimas.