Los detenidos robaban los vehículos en Europa para luego enviarlos a Marruecos, y de allí a Mauritania o Senegal. Las investigaciones empezaron en julio de 2014 cuando los Mossos tuvieron conocimiento de la existencia de un grupo delictivo que se dedicaba a introducir en España vehículos robados en el resto de Europa.
Una vez en tierras españolas, se gestionaban las falsedades documentales necesarias para el blanqueo del vehículo y su traslado a África. A los 24 detenidos se les atribuyen delitos de pertenencia a organización criminal, robo y hurto de uso de vehículos, apropiación indebida y falsedad documental.
Cinco de ellos han ingresado en prisión y otros nueve han quedado imputados. La Policía ha podido recuperar 13 de los vehículos robados.