Londres había organizado dos grandes eventos: un almuerzo ofrecido el viernes por Isabel II en el castillo de Windsor, para reyes e invitados de todo el mundo. Y por la noche, una cena que el Principe de Gales ofrecía en honor de su madre. En un principio se decidió que iban a asistir Don Juan Carlos y Doña Sofia. Tras la operación de cadera del Rey y su convalecencia, se optó porque fuera sólo la Reina y al almuerzo en Windsor. Pero, Londres anunció entonces que el hijo menor de Isabel II, el Príncipe Eduardo y su esposa la Condesa de Exxex, celebrarán parte del Jubileo de su madre, precisamente....en Gibraltar.
Hace casi una semana, el Gobierno español expresó formalmente su malestar, llamando a exteriores al Embajador de Isabel II en Madrid, Giles Paxman. Hoy, se ha decidido finalmente que Doña Sofía, tampoco debe ir. Es que, incluso, se supo que en los actos de celebración, se iba a tocar música interpretada, al parecer, por la Banda del Regimiento Británico de Gibraltar.
La gota que ha colmado el vaso, ha sido la ruptura de negociaciones entre los pescadores españoles y el Gobierno gibraltareño, por el problema en la bahía de Algeciras.
El Rey Don Juan Carlos es pariente de Isabel II; son primos lejanos. Y la Reina Doña Sofía también es prima lejana del Duque de Edimburgo -el Príncipe Felipe- que también es griego de nacimiento. Pero, no es la primera vez que el contencioso de Gibraltar afecta a las relaciones entre ambas monarquías -al menos públicamente-. Ya en 1981, no se consideró adecuado que los Reyes fueran a la boda de Carlos y Diana, precisamente porque ambos anunciaron que parte de su luna de miel la pasarían en Gibraltar.
La situación parecía haberse normalizado algo, de hecho, tanto la Reina como los Príncipes de Asturias sí asistieron a la boda del Príncipe Guillermo, nieto de Isabel II con Catalina Middelton. Pero de nuevo la tensión política crece y la Familia Real, como no podía ser de otra manera, actúa de acuerdo con el Gobierno.