Hay veces que la realidad supera la ficción. Con banda sonora incluida, nos convertimos en espectadores de esta fuga de película.
Hacen un agujero en su celda y se cuelan por el respiradero. Uno de ellos se detiene un momento y enseña su pulgar. Atraviesan los túneles de servicio rompiendo las barras de los pasadizos. Y de nuevo, con una amplia sonrisa, posan para los flashes. No pierden ocasión para bromear y salir en pantalla.
Nadie diría que están escapando de una prisión de máxima seguridad. Escalan hasta la azotea y desde allí, usando las sábanas de los catres como cuerdas, descienden los cuatro pisos de la prisión.
Se investiga si recibieron ayuda de los funcionarios para introducir el móvil y las herramientas. Ocho días tardaron las autoridades en detenerlos.
Los tres hombres se encuentran ahora en prisión cumpliendo su condena y la adicional por la fuga.