Kilómetros de calles desiertas, con edificios abandonados por la mayoría de sus habitantes, rodean la plaza de la Independencia de Kiev, conocida como el Maidán, único reducto donde los manifestantes opositores ucranianos mantienen sus posiciones en el centro de la ciudad. La noche siguiente a los disturbios que se desataron el martes, con un trágico balance de al menos 26 muertos en apenas 24 horas, la estampa de Kiev es apocalíptica, al menos en los alrededores de la plaza, corazón de las protestas populares. Únicamente allí, en medio de la ciudadela de tiendas de campaña levantada hace tres meses, miles de personas siguen resueltas a derrocar al presidente Víktor Yanukóvich, al que no perdonan su renuncia a firmar un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.
Los opositores alimentan las barreras de fuego que han levantado junto a las barricadas que protegen los accesos a la plaza, animados por las consignas y la música que se emiten por los altavoces del gran escenario instalado hace ya tres meses en el Maidán. La tregua fue anunciada a última hora del miércoles después de una reunión entre Yanukóvich y los líderes de los tres partidos opositores con representación parlamentaria, celebrada en medio de fuertes presiones de la comunidad internacional para poner fin a la violencia en esta antigua república soviética.
"Ahora se ha declarado una tregua y ha comenzado un proceso negociador para estabilizar la situación", afirmó Arseni Yatseniuk, líder del principal partido opositor, Batkivschina (Patria), al término de la reunión con Yanukóvich. Agregó que las autoridades se han comprometido a no dispersar por la fuerza la concentración opositora en el Maidán. Según Yatseniuk, las fuerzas de seguridad tenían previsto declarar el estado de excepción y desalojar el Maidán.
Horas antes de la reunión de Yanukóvich y los líderes opositores, el Servicio de Seguridad de Ucrania había anunciado planes de lanzar una operación antiterrorista en todo el territorio nacional ante la escalada del enfrentamiento nacional. Ucrania guarda hoy un día de duelo por las víctimas de los disturbios, cuya gravedad ha movilizado a la diplomacia occidental para intentar frenar la escalada de violencia armada. Con este fin, precisamente, los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Francia y Polonia se reunirán hoy en Kiev con el presidente ucraniano.