Madrid |
Viene a hacer la competencia a los patinetes, el artilugio en sí se llama I-Broom y en realidad nació como un entretenimiento de los ingenieros de Toyota, vamos, una travesura. Pero se ha convertido en el invento estrella del Salón del Automóvil de Tokio.
Se trata de una especie de escoba, con ramas y mango incluido, que funciona con tracción eléctrica. La base del cepillo cuenta con una rueda y en el soporte, un botón permite graduar el empuje y la velocidad.
Para usarlo hay que calzar patines y permite un desplazamiento a un máximo de 30 kilómetros hora. Una pequeña batería recargable ofrece una autonomía de hasta 20 kilometros. La apariencia, eso sí, es como una de las escobas voladoras de Harry Potter.
Para usuarios más conservadores, en la misma feria se ha presentado el I-walk, una fusión entre triciclo y patinete. Con la misma funcionalidad que éste último, pero permitiendo ir de pie o sentado. Hay incluso una tercera versión para tirar de una silla de ruedas. Los tres modelos incorporan una tercera rueda al patinete para darle más estabilidad y el año próximo estarán a la venta. La escoba voladora aún tiene que dar el salto de travesura a negocio.