Los operarios de rescate, entre ellos 135 buzos, han recuperado hasta ahora once cadáveres y 154 fragmentos del avión que se estrelló minutos después de despegar este domingo del aeropuerto de Sochi, en el sur del país, con destino a la base militar rusa en Siria.
Los cuerpos rescatados llegaron esta mañana a Moscú a bordo de un avión de transporte militar, informaron las agencias rusas. Los militares que participan en la operación de rescate han delimitado el área de búsqueda del avión siniestrado y confían en localizar el aparato a lo largo del día de hoy.
"Creo que hoy podremos localizar el lugar donde se encuentra el avión en el fondo del mar Negro", aseguró a los periodistas el comandante en jefe de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, Víktor Bóndarev. Los expertos rusos han determinado la trayectoria que siguió el aparato antes de estrellarse y han concluido que el Tu-154 chocó contra el agua a seis kilómetros de la costa.
Pese a que las cajas negras del Tu-154 no emiten señales de radio para facilitar su localización, Bóndarev se mostró confiado en que éstas serán encontradas y podrán aclarar las circunstancias del accidente.
"Sabemos dónde están, en el estabilizador vertical. Estoy seguro de que el estabilizador vertical ha sufrido el menor daño, ya que el choque fue con la parte inferior y el fuselaje" de la aeronave, explicó.
El ministro de Transportes ruso, Maxim Sokolov, descartó hoy un atentado terrorista entre las causas probables del accidente, y apuntó al "estado técnico del aparato o un fallo de pilotaje" como las dos versiones prioritarias de la investigación.
"Las versiones que se manejan no incluyen un atentado terrorista. Las causas pueden ser varias. Todas son analizadas por expertos", dijo Sokolov a los periodistas.
Rusia vive un día de duelo nacional en memoria de las víctimas de la tragedia aérea. Las principales cadenas de televisión del país han modificado su programación, de la que retiraron programas humorísticos y de diversión.
En la nave siniestrada viajaban militares, nueve periodistas y 64 integrantes del coro y conjunto de danza Alexándrov del Ejército ruso, que iba a animar la celebración de Año Nuevo en la base aérea siria de Jmeimim, donde Rusia tiene desplegada una agrupación de aviones de guerra.
Entre los pasajeros también se encontraba la presidenta de la fundación "Ayuda Justa", la doctora Elizaveta Glinka. El avión, un trirreactor con capacidad para hasta 180 pasajeros, procedía de Moscú y había hecho escala para repostar combustible en el aeropuerto de Sochi.
Minutos después de despegar rumbo a Siria, el aparato se precipitó al mar sin que sus tripulantes hubiesen dado aviso a la torre de control de alguna emergencia o desperfecto a bordo. El aparato siniestrado fue fabricado en 1983, y hace dos años fue sometido a una reparación general.
Desde entonces, el fabricante no había recibido de los propietarios del avión peticiones de mantenimiento técnico ni de reparaciones.