El presidente de Francia, François Hollande, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, mostraron un tono grave en una entrevista en París para preparar el Consejo Europeo de la capital eslovaca, en el que se debe reflexionar sobre el futuro de la Unión después del "brexit". En primer lugar, porque, como dijo Hollande, "tenemos que ser lúcidos con la situación que vive Europa": una crisis que, advirtió, pone en cuestión su existencia y sus fundamentos.
El eje franco-alemán prometió concertación con el resto de países de la Unión Europea (UE) en la cumbre de Bratislava, a la que ambos llevan propuestas en seguridad, economía y defensa, y de donde esperan que salga una agenda de trabajo y una hoja de ruta.
Hollande añadió que eso significa "mirar de frente las razones" que llevaron a los británicos a decantarse por dejar la Unión Europea en el referéndum del 23 de junio pasado, pero también "ser conscientes de las inquietudes" en el resto de países por cuestiones como el control de las fronteras o el fenómeno de la inmigración.
Merkel, por su parte, puso el acento en su voluntad de responder a las fricciones que se han sucedido en los últimos meses en el seno de la Unión entre países del norte y del sur, y entre los del este y del oeste.
En respuesta a los reproches que recibió por tomar decisiones unilaterales con implicaciones para todos sus vecinos -como la acogida de refugiados-, la canciller explicó que se van a discutir las iniciativas que París, Berlín y Bruselas han estado diseñando las últimas semanas. "Ahora -señaló- la idea es ampliar esto a los otros Estados de la UE con los que queremos trabajar con un método incluyente. No queremos dejar a nadie en la cuneta". Para conseguirlo, reconoció que son "fundamentales" la economía y "la cohesión de la sociedad europea".
El objetivo de los dos mandatarios para la cumbre de mañana es fijar "una agenda" y "una hoja de ruta" que permita avanzar a Europa, explicó la canciller de Alemania. Las prioridades, para Hollande, empiezan por la seguridad interior y exterior, un asunto en el que los ministros de Interior de ambos países han preparado una serie de propuestas para que todos los socios comunitarios trabajen de forma más coordinada, por ejemplo para descifrar las comunicaciones codificadas de los grupos terroristas.
En materia de defensa, París, Berlín y la Comisión Europea (CE) han esbozado ya una serie de ideas como la constitución de un fondo de financiación europeo o la creación de un cuartel general para fuerzas en operaciones exteriores.
La segunda gran prioridad es una apuesta por las nuevas tecnologías y la transición energética como fuentes de crecimiento económico y de empleo, para lo cual se prevé una ampliación del plan de inversiones al que da nombre el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker. "Necesitamos una agenda clara para la transición digital", afirmó la canciller, que a modo de ejemplo recordó el objetivo de que "en 2020 el wifi debe estar disponible en todas partes".
La tercera prioridad es dar esperanzas para el futuro a la población, y en particular a los jóvenes, y demostrar que los europeos son "capaces de ser portadores de valores". Merkel hizo hincapié en que "tiene que haber una promesa de empleo y de prosperidad para los jóvenes" y eso pasa, entre otras cosas, por que Europa sea "un continente abierto al mundo" y "orgulloso de sus conquistas".
Hollande estimó que hay que subrayar lo que representa Europa en términos de valores, y recordar y sus "bazas", ya que es "la primera potencia económica del mundo", con un modelo social que muchos envidian y una cultura compartida.