"Hoy la economía francesa es robusta, mucho más robusta que hace cuatro años, y no tiene nada que temer a lo que pueda suceder. Francia no actúa por miedo a lo que pueda pasar, sino porque es su responsabilidad", indicó tras haber celebrado en el Elíseo un Consejo de Ministros restringido para analizar la situación.
El presidente subrayó que respeta la decisión "soberana" del Gobierno heleno de someter a referéndum el próximo 5 de julio las medidas propuestas por los acreedores internacionales, y recordó que Francia es partidaria de que Grecia se mantenga en la eurozona.
"Lo que está en juego es algo fundamental, saber si los griegos quieren quedarse en la zona euro, que es su lugar, en mi opinión, aunque les corresponde a ellos decidir, o si toman el riesgo de salir", señaló en una breve comparecencia ante la prensa.
Hollande criticó la decisión del primer ministro griego, Alexis Tsipras, de interrumpir la negociación cuando se estaba "muy cerca de un acuerdo", pero insistió en que la eurozona y su país pueden afrontar sus eventuales efectos.
"Hay incertidumbre, principalmente en Grecia, y también inquietudes sobre los mercados, pero quiero ser claro: Se han tomado medidas muy importantes desde hace meses para consolidar la zona euro (...) y para que haya más cohesión y más medios para hacer frente a toda especulación", añadió el jefe del Estado.
Hollande detalló que la reunión mantenida hoy en el Elíseo buscaba favorecer una solución. "Francia está disponible, siempre lo ha estado, para que pueda retomarse el diálogo, hoy y mañana. Pero hoy existe todavía la posibilidad de un acuerdo, y mañana eso dependerá de la respuesta de los griegos al referendo que se ha convocado", apuntó.
El presidente concluyó que su país ha desempeñado en esta crisis "todos los roles que se esperaban de él", y advirtió de que aunque Francia está dispuesta a actuar, "solo puede hacerlo si hay una voluntad común de alcanzar una decisión.