Se trata de 'Via Crucis', escrito por el encargado de abordar el escándalo "Vatileaks" en 2012, Gianluigi Nuzzi, y 'Avarizia', de Emiliano Fittipaldi.
Los dos volúmenes tomaron posición este jueves en las estanterías de las librerías romanas, expuestos a viandantes y compradores que, en los últimos días, han asistido a la revelación y divulgación de estos secretos en los medios de comunicación.
La Santa Sede ha denunciado que estos libros incluyen material secreto y que por lo tanto proceden de un hecho ilícito, una sustracción, al tiempo que ha subrayado que el escenario que plantean ha sido ya superado por las reformas de Francisco.
El Vaticano ha vuelto a sufrir una fuga de información por la que fueron detenidas dos personas, el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda y la seglar italiana Francesca Choauqui, puesta en libertad por colaborar con la Justicia.
Vallejo Balda está preso acusado de haber sustraído y difundido material relativo al organismo que coordinaba, la ya extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA), instaurada por Francisco para poner orden en las cuentas de la Iglesia.
De las investigaciones de Nuzzi y Fittipaldi emerge la figura de un papa Francisco que al comienzo de su ministerio se encuentra con unas cuentas descontroladas y con una Curia habituada a un elevado tren de vida y alejada de los principios de austeridad que profesa.
Nuzzi explica en su tercera obra sobre este tema que mientras el pontífice vive en un apartamento de unos cincuenta metros cuadrados, varios purpurados cuentan con lujosas viviendas en los aledaños de la sede de San Pedro por los que pagan nimias cantidades económicas.
Asimismo mantiene que la mayor parte del dinero que los fieles católicos de todo el mundo destinan al Óbolo de San Pedro, ente dedicado a las obras de caridad, van a parar al mantenimiento de los gastos de la Curia, a la que se le ofrecen descuentos en productos como el tabaco o la gasolina.