Donald Trump ha esperado tres días para negar que es un topo de Rusia que trabaja secretamente en la Casa Blanca.
El presidente, antes de salir hacia Nueva Orleans para reunirse con un grupo de granjeros, ha negado tajantemente que haya estado o esté en la actualidad bajo control de Vladímir Putin.
"Jamás he trabajado para Rusia. No sólo eso, sino que es una vergüenza que me haga esta pregunta. Todo es parte de un inmenso montaje", ha dicho.
Con el Gobierno semiparalizado, muchas dudas sobre su política exterior, sin saber cómo será su salida de Siria y lanzando amenazas a Turquía, es "extraordinario" que el presidente de EEUU deba responder a una pregunta de este tipo.
The New York Times reveló el viernes por la noche que poco después de que Trump despidiera en mayo de 2017 al director del FBI, James Comey, fue investigado por la Unidad de Contrainteligencia de la Agencia Federal de Investigaciones para saber si secretamente trabajaba para Rusia.
El presidente ha alegado que agentes corruptos del FBI, "con las manos sucias", abrieron esta investigación sin que se sepa si aún continúa.