Ximo Puig se ha pronunciado así, en un desayuno informativo, sobre la posibilidad de que una sola candidatura a la Secretaría General del PSOE fuese la mejor solución para cerrar las heridas internas y dotar al partido de un liderazgo fuerte.
El presidente valenciano, que ha pedido a los socialistas "tranquilidad", "sosiego" y "huir de las descalificaciones horribles" sobre todo en las redes sociales, ha dicho que siente "cariño", "afecto" y "respeto" por la andaluza Susana Díaz y que "claro que es posible" ser presidenta de Andalucía y secretaria general.
No obstante, ha apuntado que puede haber "otras vías" por las que emerjan los liderazgos políticos que no son las federaciones territoriales."Desde una concepción federal es lógico que los liderazgos emerjan de lo territorial, pero puede haber otras vías", ha señalado, tras reconocer que hay cosas en las que está de acuerdo con Susana Díaz y otras en las que no lo está.
A ese respecto, ha agregado que "si quien dirige sabe lo que es armonizar el conjunto" de la organización sería "positivo", pero que "si no, sería negativo".
Ximo Puig, que fue uno de los catorce miembros de la ejecutiva de Pedro Sánchez que dimitieron a finales de septiembre para forzar su dimisión como secretario general, no se ha pronunciado sobre cuándo sería más conveniente celebrar el congreso socialista. "Me interesa mucho más el itinerario que la cronología".
Sobre la visita el próximo sábado de Pedro Sánchez a Xirivella como punto de partida de su gira por las agrupaciones socialistas de cara a decidir si vuelve a presentar su candidatura a las primarias, ha reiterado que Valencia es una "tierra acogedora" -"ahora vamos a hacer una ley de ocio y hospitalidad", ha apuntado- y que, aunque no ha sido informado de esa visita, un "militante" no le tiene por qué informar de lo que hace.
Sobre los dos años de mandato de Sánchez ha dicho que han sido "complejos" y que los socialistas estaban "en un cambio que finalmente no se ha gestado". De cara al proceso congresual llamado a renovar el proyecto y el liderazgo del PSOE, ha defendido que "cualquier persona que tenga algo que decir no puede permanecer callada", sino que todos deben "hablar y ver qué pueden aportar a un proyecto común".
En tono conciliador y ante diversos miembros de la gestora del PSOE que han ido a escucharle, entre ellos su portavoz, Mario Jiménez, el líder valenciano ha hecho hincapié en que no va con su carácter "incompatibilizar a las personas" y en que "no es tiempo de muros, es tiempo de puentes", en alusión a la revisión de relaciones entre el PSOE y el PSC.
También se ha lamentado de que, en el último año, mientras que los socialistas hacían "sumas y restas" en clave orgánica, los "grandes problemas" de los ciudadanos estaban "arrinconados".
Convencido de que las "confrontaciones" internas en su partido tienen su origen en las "pérdidas electorales" que han sufrido, ha constatado que el PSOE está en una "situación excepcional de tránsito" en la que la comisión gestora que lo dirige está haciendo un "buen trabajo".
En esa línea, ha defendido que la penalización a los diputados que rompieron la disciplina de grupo votando en contra de la investidura de Mariano Rajoy no ha ido "más allá de las decisiones normales en una organización democrática".
Para Puig, el PSOE debe ahora "de verdad saber qué quiere ofrecer a la sociedad", en un contexto en el que la socialdemocracia ha "muerto de éxito" y el "progresismo en general tiene una crisis de caballo", como a su juicio demuestra el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos.