En un mitin ante 1.200 militantes y simpatizantes en la Plaza de San Francisco de Palencia, Sánchez ha pasado de puntillas por la situación que se vive en Cataluña, a diferencia de lo que venía ocurriendo en sus últimas intervenciones, donde esta cuestión centraba una buena parte de su alocución.
En esta ocasión, en cambio, el líder socialista sólo se ha referido al independentismo catalán como uno de los desafíos que requieren que España se dote de un Gobierno fuerte y para justificar la inviabilidad de un Ejecutivo de coalición con Podemos, cuya marca en Cataluña sigue defendiendo la existencia de presos políticos.
Sánchez ha explicado que quiere mantenerse al frente del Ejecutivo español para levantar "una España distinta a la que deconstruyó el PP" con sus recortes en el Estado de Bienestar a cuenta de la crisis económica.
Un país que fortalezca la educación y la sanidad pública, también en las zonas rurales, donde en lugar de cerrar escuelas y ambulatorios, hay que abrir nuevos, ha defendido. Una nación, ha incidido, que proteja a los trabajadores de la precariedad en el empleo y que ponga en marcha políticas de vivienda que permitan a los jóvenes emanciparse con 20 años y no con 30.
El presidente ha lamentado que España haya perdido "mucho tiempo" varada en el "bloqueo político", un "muro" que impide al país avanzar y que, en su opinión, sólo se puede derribar aglutinando el voto en torno al PSOE, el único partido que tiene proyecto, equipos y presencia en todo el país para transformar España con las reformas pendientes.
Dirigiéndose a los dos millones de indecisos, Sánchez ha pedido confiar en el PSOE para abordar el reto de la transición ecológica con justicia, para que genere más oportunidades laborales de las que puede destruir.
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