En una entrevista, Albert Rivera ha remarcado que desde la política española "ya se cometió el error, hace muchos años, de no reunirse con aquellos que no pensaban igual: pasó en su día con el lehendakari y está pasando ahora con Cataluña".
"Somos poco sospechosos de ser independentistas, pero creo que hay que normalizar la discrepancia. Las instituciones están por encima de las discrepancias ideológicas", ha remarcado. Puigdemont ya se reunió el pasado 15 de marzo en el Palau de la Generalitat con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pero aún no ha tenido un encuentro a solas con el presidente del Gobierno en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy.
Después de que desde el PP se vertieran reproches a Sánchez por lo que podía estar negociando a puerta cerrada con Puigdemont, Rivera ha recalcado que "las reuniones entre líderes políticos, para ver qué es lo que nos une y en qué discrepamos, son legítimas".
Las reuniones de este tipo, ha puntualizado, no implican una "adhesión" a los postulados del interlocutor: "Me sorprende que haya gente que todavía piense que si te reúnes con alguien es que estás de acuerdo en todo con él". Rivera se ha mostrado "abierto" a reunirse "con todos los presidentes autonómicos, también con Puigdemont", para que sepa "de primera mano" en qué discrepa Ciudadanos de su proyecto político.
"Si nos pidieran una reunión de esta naturaleza, accederíamos a ella con normalidad. Si queremos rebajar un poco la tensión y normalizar las relaciones, a veces las formas también hacen el fondo", ha argumentado Rivera, que ha querido dejar claro que "nunca con un Gobierno en el que C's influya va a haber una separación de Cataluña".
Rivera ha recordado que la semana pasada se reunió con el presidente de la Comunidad Valenciana, el socialista Ximo Puig, con quien compartió la necesidad de reformar el sistema de financiación. "Hablamos de muchas cosas en las que estamos de acuerdo y de algunas en las que no.
Como presidente de un partido a nivel nacional, quiero normalizar eso, así que estoy abierto a reuniones con presidentes autonómicos y alcaldes", ha comentado. Por otra parte, Rivera ha asegurado que su partido tiene "las puertas abiertas a quien suscriba nuestro programa y nuestro ideario", incluidos aquellos antiguos votantes de CiU que se sientan decepcionados con el "radicalismo" de la Convergència actual.
Según Rivera, "la deriva independentista de CDC, la radicalización de su discurso y la corrupción han hecho que mucha gente moderada no se sienta cómoda" en las filas convergentes, y de ahí que muchos acabaran apoyando a C's en las elecciones catalanas del pasado 27 de septiembre.
C's, ha señalado, ocupa el "espacio central" de un "partido demócrata liberal y reformista, que reconoce la diversidad de España, el autonomismo y los problemas de financiación autonómica y de infraestructuras que tenemos en algunas comunidades".
Y esto "encaja con un perfil de gente moderada, reformista, que quiere reconocimiento de la autonomía y de nuestras características culturales, pero siempre dentro de España y del proyecto español". Rivera se ha mostrado convencido de que, "conforme más se vaya radicalizando el discurso de CDC y de Junts pel Sí", más gente se acercará a C's, un partido que pretende "liderar una oposición moderada en Cataluña y un espacio de centralidad en España".
Los 40 diputados de C's en el Congreso, además, pueden desempeñar una "tarea importante que el votante catalán tradicionalmente siempre ha querido", que es "ser influyentes ante el Gobierno de España", para promover "reformas", por ejemplo, en financiación o en infraestructuras.