El vicesecretario de Institucional del Partido Popular, Esteban González Pons, se comunicó este miércoles con la vicepresidenta de la Comisión Europea Věra Jourová para informarle del intento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de "desestabilizar" la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con la supervisión de Bruselas.
"Ante el ultimátum y el chantaje verbalizado hoy por Pedro Sánchez", el PP solicitó un encuentro a tres con "carácter urgente".
Esta reacción se produce después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciara en una entrevista en TVE que, si el PP no pacta con el PSOE la renovación de este órgano antes de finales de junio, el Ejecutivo impulsará un cambio legal para tratar de superar este bloqueo.
En este sentido, explicó que el "incentivo perverso" que tienen los populares para no acordar la renovación es la facultad del CGPJ de nombrar a jueces de las altas magistraturas. Por este motivo, sugirió que el cambio que podría plantearse desde La Moncloa es hacer estos nombramientos de forma "mucho más objetiva, más transparente, no politizada".
Desde el principal partido de la oposición no entraron en el fondo de las medidas y descartaron valorarlas hasta conocerlas con detalle. Lo que sí que aseveraron es que su postura seguirá siendo la misma, más después de los "ataques" desde el Gobierno a los jueces a raíz de la imputación de Begoña Gómez, la esposa de Sánchez. Por tanto, animaron al PSOE a ceder en su postura para lograr un acuerdo en las conversaciones supervisadas por Bruselas. "No nos vamos a mover", avisaron.
Hasta ayer, la idea del PP era recuperar el diálogo en el mes de julio, unos días después de que Didier Reynders volviera a ocupar el puesto de comisario de Justicia de la Unión Europea como paso previo a la secretaría general del Consejo de Europa.
Sea como sea, los populares se mantienen en sus trece: se renovará con candidatos que cumplan determinados criterios de independencia y a la vez que se aprueba un nuevo sistema de elección que, a partir de la siguiente designación, permitirá a los jueces elegir a sus pares.
"No aceptamos ultimátums de nadie. Si no se los da a ERC o a Junts para la investidura de Illa, con menos razón se lo puede dar al PP, que le ha derrotado en las urnas tres veces en un año. Nuestra posición la conoce el Gobierno y la conoce Europa. Su precariedad parlamentaria no es compatible con su chulería, por más que se sienta relajado en un plató de RTVE en una sesión de baño y masaje", añadieron desde Génova.
"El planteamiento del PSOE de dejar todo como está no es válido. Ningún planteamiento que no pase por rebajar el control de los partidos sobre el CGPJ es aceptable. Sánchez quiere controlar a los jueces para poder evitar que tomen decisiones que le lleven, después, a tener que insultarles", continuaron.
Con todo ello, sentenciaron que la posición de Sánchez "es contrario al método de trabajo fijado entre PP, PSOE y el supervisor designado", por lo que "las bravuconadas de Sánchez solo pretenden tapar sus derrotas en las elecciones y en las Cortes Generales". Y es que en la dirección nacional del PP sospechan que, tras este ultimátum, se esconde su voluntad de cambiar el foco.