Murió de forma violenta, totalmente traumática a causa de los fuertes y contundentes golpes que se concentraron en la cabeza, según el informe médico forense.
El Tribunal Supremo considera totalmente acreditado que el condenado hizo una copia de sus llaves, le pidió el llavero a un testigo con la excusa de que quería la llave de una bici, se aseguró de que ella estuviera sola en el domicilio y entró en su casa de madrugada, atacándola sorpresivamente con una navaja.
Hubo alevosía sorpresiva. El tribunal confirma su condena, 17 años de prisión por asesinato agravado por parentesco y dice que este hombre -que quería mantener su relación de amante con la que había sido su mujer- actuó al no aceptar que ella iniciara una nueva relación abrigando en su mente un "sentimiento de propiedad" que le llevó a perpetrar el crimen "drástico y violento".