"La finalidad del acusado era causar con la explosión los mayores daños personales y materiales, razón por la cual se eligió un lugar céntrico de Madrid muy transitado y rodeado de viviendas y locales comerciales", destaca la sección segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional en su sentencia.
Además de a la pena de cárcel, el tribunal ha condenado al etarra al pago de indemnizaciones a los 18 heridos que oscilan de los 1.300 euros para los más leves a los 300.000 que corresponden a una mujer que tenía 30 años cuando se produjo el atentado y a la que se reconoció una incapacidad laboral absoluta como secuela.
Según el relato de hechos probados, Vila Michelena, junto con su compañera del comando Madrid Ana Belén Egüés, ya condenada por estos hechos, poseían en mayo de 2001 entre 60 y 70 kilos de explosivo que decidieron explosionar en la vía pública.
Con este fin, el 8 de mayo de 2001 los dos etarras sustrajeron un vehículo que se encontraba aparcado en la calle de Luis Hoyos de Sainz y, tras cambiarle las placas de matrícula por otras falsas, instalaron en su interior la carga explosiva.
El 11 de mayo los terroristas trasladaron el coche, sobre las 23.45 horas, hasta la calle de Goya, frente a las puertas de una sucursal del BBVA para después salir huyendo antes de la explosión.
La explosión de la carga provocó la destrucción del vehículo utilizado en el atentado y diversas lesiones a catorce personas que transitaban a esa hora por la zona, así como numerosos desperfectos en gran cantidad de inmuebles, locales colindantes y en 16 vehículos.
Los mayores daños, que también ha sido condenado a indemnizar, se produjeron en la oficina del BBVA, 828.123 euros, y a enseres del Ayuntamiento de Madrid, 485.987 euros.
Para condenarle, la Sala ha considerado como prueba de cargo la declaración policial que prestó en su día Aitor García Aliaga, que reconoció fotográficamente al acusado como compañero suyo en el comando Buru-Hauste, nombre que se dio a este grupo etarra que atentaba en esa época en Madrid.
Según explica el tribunal en su sentencia esta declaración "tiene en este caso consistencia plena como prueba de cargo pues ha sido ampliamente corroborada por datos externos" que acreditan la integración de Vila Michelena en ese comando y su participación en este atentado.
Por todo ello, la Sala le considera autor de los delitos de estragos terroristas, robo con finalidad terrorista, así como de 18 delitos de atentado terrorista contra personas con lesiones graves y otras lesiones y falsificación de documento oficial.
En su comparecencia en el juicio, el etarra se negó a declarar, si bien utilizó su derecho a la última palabra para lanzar un alegato político: "Se está hablando de la paz y parece que unos pueden hablar y otros no. Euskal Herria ama la paz, pero basada en la Justicia", proclamó hasta que la presidenta del tribunal le interrumpió.