Por ese motivo, José Miguel Espinosa, conocido en Palencia como "Miguelín", pastor de ocas desde hace casi 25 años por casualidad y apasionado de los animales, no estará en la cabalgata madrileña como ha venido haciendo en los últimos catorce años.
"En septiembre habíamos quedado como todos los años. Parecía que no iba a haber animales en la cabalgata pero que las ocas se mantenían y contaban con ellas. Y en noviembre me dijeron que tampoco iban las ocas", ha explicado Miguelín.
A estas alturas, asegura no saber muy bien cuál es el motivo por el que las 70 ocas reservadas para la cabalgata madrileña se han tenido que quedar en casa por decisión municipal.
"Pues no sé. Dicen que si sufren estrés por la multitud de la gente", relata Miguelín, sorprendido por la preocupación por unos animales "adiestrados" y "entrenados" para participar en cabalgatas, mercados medievales y fiestas de todo tipo y acostumbrados al alboroto de los niños de los colegios que las visitan de cuando en cuando.
Las casi doscientas ocas blancas viven todo el año al aire libre y están "más que bien alimentadas" con maíz, trigo, cebada y verduras ecológicas cultivadas en su finca palentina. "Ya les gustaría a muchos padres que sus hijos comieran tan sano como mis ocas", bromea.
"Creo que se han confundido conmigo", dice Miguelín, que está muy desilusionado por no haber podido llevar su magia a Madrid.
Tampoco cree que sea una cuestión de dinero porque asegura que "nunca" ha pedido nada y desde el primer día le dieron lo que le correspondía y siempre estuvo "conforme". "Es más, si me dicen que este año no pueden pagarlo habría ido gratis", ha agregado el granjero.
No obstante, Miguelín ha decidido entrenar a sus ocas como viene haciendo desde hace 25 años, enseñándolas a desfilar hacia adelante y hacia atrás, sorteando obstáculos de todo tipo y alzando incluso el vuelo a las ordenes del maestro.
Porque, según dice, lo más importante es que las ocas se diviertan y que estén a la altura de los Magos de Oriente y de todos los protagonistas de cuento que comparten con ellas la noche más mágica del año.
Hoy, todas están listas para repartirse entre las cabalgatas reales de Alicante y Roquetas de Mar, hacia donde ya van de viaje, y por supuesto Palencia, donde Mario, el niño que las pastorea habitualmente, tendrá el doble de trabajo, ya que este año las "madrileñas" jugarán en casa.
Ahí estará también Miguelín para ayudarle, porque la ilusión que se resta a Madrid, se triplicará en Palencia.
