Afirma el portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo,

La Iglesia pide a sus obispos que renuncien a la militancia en la crisis catalana

El portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, ha pedido la renuncia a la militancia de los pastores de la Iglesia en la crisis catalana para contribuir a la convivencia pacífica y ha asegurado que los obispos catalanes han participado "a gusto" y "en confianza" en la Asamblea Plenaria.

ondacero.es

Madrid | 27.11.2017 13:09

El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo
El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo | Europa Press

Así lo ha señalado el secretario general de la CEE en rueda de prensa posterior a la celebración de la Asamblea Plenaria, que ha reunido a los obispos españoles durante la pasada semana y en la que se ha hablado de la situación en Cataluña y se ha escuchado a los obispos catalanes. Gil Tamayo ha asegurado que los obispos catalanes han participado "a gusto" y "en confianza" en la Asamblea Plenaria, donde han debatido sobre la crisis en Cataluña "sin apasionamientos y con serenidad".

Según el portavoz de la Conferencia Episcopal, los prelados catalanes han manifestado sentirse "a gusto" en la CEE, "que es la suya" y esto se nota -ha dicho- en ese ambiente de confianza con el que los obispos participan de las Asambleas Plenarias y en responsabilidades de primer orden. "Se ha hablado en la línea de saber comprender y de discernir sobre las situaciones, las personas, las ideas. Se ha hablado sin apasionamientos y con serenidad", ha dicho Gil Tamayo, que ha recordado que el papel de la Iglesia en esta crisis debe ser la de ayudar a la cohesión social, a la convivencia pacífica y el entendimiento entre todos.

Clima que los obispos quieren que se mantengan también después de las elecciones del 21 de diciembre. Por eso, ha recordado que los pastores tienen que estar al servicio de la comunión eclesial y de la convivencia pacífica de los ciudadanos, a partir de la "renuncia a la militancia", que favorece que nadie se considere extraño a la comunidad cristiana.