Nuevo libro del Papa con Editorial Planera

El Papa desvela que no se verá su cadáver cuando fallezca

El cambio introducido por Francisco para los funerales de los papas fallecidos, ya no permitirá la exposición de su cadáver abierto, en el Vaticano, cuando muera.

Paco Paniagua

Madrid | 03.04.2024 13:34

Vídeo: Christian Gennari | El nuevo libro del Papa con Editorial Planeta

Sale a la luz un nuevo libro sobre el Papa Francisco titulado "El sucesor". Publicado por la editorial Planeta, está escrito por el vaticanista Javier Martínez-Brocal a raíz de una entrevista que le ha concedido el pontífice. Y en ella desvela cuestiones muy sustanciosas que no sabíamos hasta ahora. En primer lugar, las relativas a los cambios que ha ordenado en el protocolo de funerales y enterramientos de los papas. De este modo, Francisco cuenta en el libro que a partir de ahora el cuerpo delos Papas ya no será expuesto de manera abierta. "Estoy revisando el ritual con el maestro de ceremonias para que los papas sean velados y sepultados como cualquier hijo de la Iglesia. Con dignidad, como cualquier cristiano, pero no sobre almohadones". Cree el Pontífice argentino que "el ritual actual estaba demasiado recargado. Eso de hacer dos velatorios me parecía excesivo. Que sea uno solo, pero con el papa ya en el ataúd, como hacen todas las familias".

El Papa arremete sobre el antiguo secretario de Benedicto XVI

El Papa no ahorra críticas al que fuera secretario de Benedicto XVI Geog Gänswein, por haber publicado un polémico libro titulado "Nada más que la verdad. Mi vida al lado de Benedicto XVI" justo el día de su funeral en Roma. Cree Francisco que esa publicación se llevó a cabo como "una falta de nobleza y de humanidad" por parte de Gänswein. "El día del sepelio se publica este libro que me pone de vuelta y media y con cosas que no son ciertas, es muy triste. Me dolió que se usara a Benedicto", asegura el Pontífice.

En las páginas del libro y a preguntas de Javier Martínez-Brocal, el papa cuenta que hubo ciertas personas del entorno de Benedicto XVI que aprovechaban la menor ocasión para "morderle". Habla de cómo, a su modo de ver, los médicos que atendieron a Joseph Ratzinguer en la última etapa quisieron mantener todo "cerrado". "Me hizo caer en la cuenta de que tenían a Benedicto casi bajo custodia", asegura. "Ciertas personas se aprovecharon en algunos casos, y quizá sin mala intención, para limitar sus movimientos y lamentablemente lo fueron cercando". Lamenta el papa cómo no pocas personas en el Vaticano intentaron que él y Benedicto XVI se enfrentaran de algún modo, cosa que nunca sucedió. Es más, asegura que "él nunca me quitó el apoyo. Quizá hubo alguna cosa que hice con la que él no estaba de acuerdo, pero nunca lo dijo".

El Papa recuerda un pasaje cuando fue a ver a Benedicto XVI en sus últimas horas. Ya no podía ni hablar. "Le dije unas palabras con cariño y lo bendije. De esta forma nos despedimos y me marché. Pero entonces pasó una cosa muy fea. Yo estaba saliendo, me acompañaba allí uno de los enfermeros y uno de los médicos le dijo eres un chivato, acusándolo con tono despectivo. Esto que cuento es histórico. La mentalidad de los médicos era mantener todo cerrado".

Bendiciones a parejas homosexuales

Francisco se refiere en un pasaje del libro a la posibilidad ya real de que se pueda impartir "informalmente" una bendición a parejas casadas civilmente y a parejas de personas del mismo sexo. No le gusta que haya obispos -sobre todo en África- que se hayan negado a bendecir a este tipo de parejas, "a mí me duele un poco todo esto. Quizá no se comprende que yo sea tan desordenado, porque soy desordenado. Tendría que ser más cuidadoso en esto", añade el Papa.

"El sucesor" es un libro en el que, según su autor, Javier Martínez-Brocal, los lectores podrán comprender cómo la renuncia de Benedicto XVI provocó que la rivalidad entre sus seguidores y los de Francisco, dio paso a un continuo atribuir a uno solo de ellos la mayoría de los males de Iglesia. La estrategia de estos grupos, sostiene el periodista, era minimizar los éxitos del "contrincante" y exagerar sus errores, al pensar que así engrandecían la figura de su favorito. Pero, como señala el papa Francisco, "Benedicto XVI me dejó crecer, me dio paciencia. Daba libertad. Nunca se entrometió".