En 'Furias Divinas', Mendicutti inventa un grupo de travestis en paro o con trabajos precarios que se ven obligados a montar un club para llegar a fin de mes. A través de la historia de cada uno de los protagonistas, el escritor compone la escena de un país en crisis en el que la gente de a pie habla y debate de política. Y en el trasfondo de todo, la frase de Pablo Iglesias, líder de Podemos: "El cielo no se toma por consenso, se toma por asalto".
Porque la Furiosa, la Tigresa de Manaos, la Canelita o la Marlon-Marlén, personajes del club El Garbo, ofendidos por la celebración de una fiesta de lujo en tiempo de crisis, emprenden una incursión reivindicativa al grito de "¡Sí se puede!".
Pero Eduardo Mendicutti no ha escrito una alabanza de la formación morada, aunque coincida con algunos de sus planteamientos, ya que "hay algo de ellos que me produce rechazo y es la superioridad moral con la que se presentan".
'Furias Divinas' comparte con la veintena de obras precedentes, salidas también de la pluma de Mendicutti, una prosa cuidada que el autor defiende desde lo más hondo: "llevo muchos años escribiendo y desde el primer momento tuve claro que si iba a escribir, mi primera obligación era escribir bien. Y me saldrá mejor o peor, pero mi intención es hacerlo siempre lo mejor posible". Y cada vez, cumple el axioma.