LIGO son las siglas de un experimento internacional que desde 2004 busca detectar de manera directa estas ondas, de las que ya se tienen indicios indirectos sobre su existencia.
Hace apenas un mes algunos medios especializados se hicieron eco de la inminencia de un anuncio sobre la detección de esas ondas, aunque los días pasaron y, al final, todo quedó en nada.
La expectación se ha renovado ahora, tras la convocatoria para este jueves de una rueda de prensa en Washington que reunirá a científicos del Instituto de Tecnología de California (CALTECH), el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Colaboración Científica LIGO.
El objetivo es presentar a la prensa un informe del estado de las investigaciones sobre las ondas gravitacionales usando el Observatorio de interferometría láser de ondas gravitacionales (LIGO).
Sin embargo, esa no será la única rueda de prensa que se celebre al jueves partir de las 16.30 y a la misma hora sobre el tema, pues también habrá convocatorias en Londres, París y Roma.
Francia e Italia forman con otros cinco países europeos el proyecto VIRGO, que busca también las ondas predichas por Einstein y que colabora con LIGO.
La convocatoria, que se realiza en Roma y Paría, pretende informar a la prensa sobre los actuales esfuerzos para observar y medir las ondas gravitacionales.
Las ondas gravitacionales, cuya existencia fue formulada hace un siglo por Albert Einstein, son unas ondulaciones producidas en el continuo espacio-tiempo por acontecimientos muy violentos como la explosión de una supernova o la fusión de dos agujeros negros, que se propagan por todo el Universo.
La teoría sostiene que estas ondas abundan y transportan información sobre los fenómenos que las originaron, probablemente, del propio Big Bang que dio lugar al Universo.